Durante el último día del funeral de Isabel II, Camila de Cornualles, actual reina consorte, llegó junto a la princesa de Gales en coche hasta el Castillo de Windsor, mientras su esposo, el rey Carlos III, caminaba tras el féretro de su madre acompañado de sus hermanos e hijos. Ambas vestían con tonos oscuros en estricto luto; pero una vez más fueron las joyas reales las protagonistas de su estilismo en un momento tan histórico para la corona británica.
Tanto Kate como Camila hicieron uso del ajuar familiar y eligieron piezas muy simbólicas para rendir homenaje a la difunta reina, la cual ocupó el trono durante 70 años. Pero mientras la princesa tomó prestadas perlas de la colección de Isabel II, la flamante monarca hizo gala de una joya muy llamativa y menos obvia: el broche del Jubileo de Diamantes de Hesse.
Esta lujosa pieza tiene forma de corazón y lleva grabado el número 60 en eslavo. Forjada en diamantes, cuenta con un zafiro en la parte superior y otros dos en forma de lágrima en la parte inferior. El broche fue un regalo a la reina Victoria por parte de sus nietos, quienes eran descendientes de la difunta princesa Alicia, gran duquesa de Hesse y del Rin.
En el año 1897, la joya se expuso en el Instituto Imperial de Londres y se valuó en unas en 20 mil libras. Desde entonces, la exquisita pieza no volvió a utilizarse hasta que Camila, duquesa de Cornualles, se integró a la familia real en el año 2005.
Encantada con la joya y sus detalles, la actual reina lo utilizó para sus visitas de Estado a Filadelfia (en 2007), Japón (en 2008) y Canadá (en 2009). Dado que es un objeto muy simbólico para la Casa Real, Camila de Cornualles lo llevó en su atuendo durante la celebración del Jubileo de Diamante de la reina Isabel II, cuando ella y el príncipe Carlos recorrieron Escandinavia.
El significado de las joyas para la realeza británica
Debido a su forma simple y su discreción, las perlas son las más utilizadas por la realeza para el luto. Sin embargo, la reina consorte ha hecho gala de una joya más llamativa como homenaje a Isabel II. Cabe destacar que esta pieza lleva la forma de un corazón abierto, mientras que los zafiros son casi imperceptibles sobre el abrigo oscuro, lo que dan señal de profundo respeto, tanto por la difunta reina como por la institución que representaba.
Rachel Garrahan, responsable de joyería y relojería de la edición británica de "Vogue", comentó: "La reina tenía por costumbre hablar a través de sus broches, costumbre que parece haber retomado la reina consorte".
"Camila ha roto con la tradición de llevar solo diamantes y perlas durante el luto de la realeza para rendir un homenaje muy personal a la reina", agregó la experta.
El broche del Jubileo de Diamantes de Hesse llevaba más de un siglo sin formar parte del atuendo real, pero al parecer Isabel II se lo ha dejado de herencia a la esposa de Carlos III. "Es una de las piezas más antiguas de la reina consorte, y su historia enlaza el pasado y el futuro de la monarquía", aseguró Garrahan.