Jueves 28 de Diciembre 2023
SER PADRES

Trucos para que el niño duerma solo

Algunos sencillos consejos que puedes seguir para que tanto tú como tu niño disfruten de un descanso reparador.

Niño durmiendo. Fuente: (Twitter)
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Escrito en ESTILO DE VIDA el

Una de las actividades más importantes en nuestra vida es el descanso. Dormir bien en cantidad y, sobre todo, en calidad, es esencial para poder realizar todas nuestras actividades diarias. Pero cuando llega un recién nacido a nuestras vidas, una de las primeras cosas que se altera es nuestro ciclo de sueño. Y es que los niños, en los primeros meses de vida, no tienen hábitos adquiridos que hagan que duerma durante toda la noche de manera continua. Especialistas recomiendan estos trucos para poder lograr un descanso reparador para toda la familia.

El sueño, ¿tarea imposible?

En los primeros momentos de vida, los pequeños tienen ciclos de sueño irregulares, que no se condicen con los nuestros. Duermen la mayor parte del día y suelen despertarse por la noche. Y si es el primer nacido, por lo general las madres están más pendientes de sus reacciones, lo que altera particularmente su descanso, sobre todo, luego de varias semanas. Los pediatras recomiendan sencillos trucos para conseguir que el niño duerma por las noches, y se acostumbre a los horarios de sueño nocturnos.

Una de las primeras cosas a tener en cuenta es que, para que el niño pueda dormirse solo, necesita “puntos de referencia”. Lo ideal es que duerma siempre en su cuna, ya que, si lo hace en otros lugares (en brazos, en el carro, etc.) y, luego, ya dormido, lo llevas a su cuna, al despertarse no sabrá dónde se encuentra y comenzará a llorar. Otra tarea es comenzar a dejarlo solo en la cuna por intervalos cada vez más prolongados para que se desacostumbre a verte todo el tiempo y llore cuando no lo haga.

A partir del tercer mes de vida, el niño ya puede dormir toda la noche de una sola vez. Pero muchas veces, una siesta demasiado prolongada hace que esté activo justo en el momento en que debería dormirse (por la noche). 

“Las investigaciones más recientes muestran que se puede enseñar a los infantes la diferencia entre la noche y el día desde el principio”, dice John Herman, doctor en filosofía y director clínico del Centro para los Trastornos del Sueño del Centro Médico Infantil de Dallas. Y agrega: “La luz natural ayuda a los niños a organizar su ritmo circadiano. Si se despiertan de una siesta, durante la luz del día, ellos entienden que es hora de levantarse. Si se despiertan en la oscuridad de la noche, aprenderán a volverse a dormir”. Por esto, se recomienda colocar la cuna cerca de una ventana, manteniendo las persianas levantadas.

“Mantén la alimentación nocturna muy calmante, con las luces bajas. Haz todo lo que puedas para evitar estimular a tu hijo”, dice Robert Ballard, doctor en medicina y director del Centro de Salud para los Trastornos del Sueño del Centro Médico Nacional Judío, en Denver. Y agrega: “Durante el día, haz de la alimentación un momento de mucha actividad, para que él o ella empiece a percibir la diferencia”. En caso de alimentarlo durante la noche, hazlo de la manera más breve y callada posible: no le cantes, mantén las luces apagadas y acuéstalo tan pronto hayas terminado la tarea. 

Los niños de mayor edad no se despiertan porque tienen hambre. “La sobrealimentación significa que tendrán pañales mojados, lo que los despertará otra vez”, señala Deborah Givan, doctora en medicina y directora del Centro para Trastornos del Sueño Infantil del Hospital Infantil Riley, en Indianápolis.

“Supera esa preocupación de que ignorar a tu hijo mientras llora lo dañará psicológicamente”, dice Charles Schaefer, doctor en filosofía y autor del libro, Winning Bedtime Battles: Getting Your Child. “Si ha estado satisfaciendo todas sus necesidades de otras maneras, esta situación seguramente no disminuirá su sensación de seguridad”. Además, los niños de tres meses no lloran, en promedio, más de 10 o 15 minutos. Si no fuera así, refuerza tu presencia para que se sienta seguro, pero sin utilizar chupón, biberones o alzarlo en tus brazos. 

Los buenos hábitos de sueño son tan fundamentales para el bienestar de un niño como lo es la buena higiene, pueden haber regresiones (por ejemplo, cuando haya una enfermedad, un nuevo hermanito o si están en un lugar que les es desconocido). “Incluso los niños que duerman bien tendrán problemas de vez en cuando”, dice la Dra. Giván. Pero recuerda que estos trucos pueden repetirse siempre y cuando se necesite. Tu niño responderá con menor dificultad la segunda vez que lo pongas en práctica, porque ya conoce el ejercicio de dormir solo.