Las plantas necesitan nutrientes para crecer sanas y fuertes, pero no siempre es fácil encontrar un fertilizante adecuado que sea ecológico y económico. Muchos productos comerciales contienen químicos que pueden dañar el medio ambiente y la salud de las personas y los animales. Además, suelen ser caros y requieren un transporte que genera emisiones de gases de efecto invernadero.
Por eso, una buena alternativa es hacer tu propio fertilizante natural en casa, aprovechando los residuos orgánicos que generas en tu cocina o jardín. De esta forma, podrás nutrir tus plantas de forma sostenible, ahorrar dinero y reducir la cantidad de basura que produces.
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Existen diferentes tipos de fertilizantes naturales que puedes elaborar con ingredientes caseros, según las necesidades de tus plantas. A continuación, te mostramos algunos de los más comunes y cómo prepararlos:
Compost: es uno de los fertilizantes naturales más completos y beneficiosos para las plantas, ya que aporta materia orgánica, mejora la estructura del suelo, retiene la humedad y favorece la actividad de los microorganismos. Para hacer compost, solo necesitas una compostera o un recipiente con agujeros donde mezclar restos de frutas, verduras, cáscaras de huevo, posos de café, hojas secas, césped cortado y otros residuos orgánicos.
Debes remover la mezcla cada cierto tiempo y mantenerla húmeda pero no encharcada. El proceso puede durar entre 3 y 12 meses, dependiendo de las condiciones ambientales y del tamaño de los materiales. Cuando el compost esté listo, tendrá un aspecto homogéneo, un color oscuro y un olor agradable a tierra. Puedes usarlo como abono para tus plantas o como sustrato para sembrar nuevas especies.
Té de compost: es una forma de extraer los nutrientes del compost y aplicarlos directamente a las plantas mediante el riego. Para hacer té de compost, solo necesitas llenar un cubo con agua y añadir una parte de compost por cada 10 partes de agua. Deja reposar la mezcla durante unos días, removiendo ocasionalmente. Luego, cuela el líquido resultante y úsalo para regar tus plantas una vez por semana.
Humus de lombriz: es otro tipo de fertilizante natural muy rico en nutrientes y beneficioso para las plantas. Se obtiene a partir de la transformación de los residuos orgánicos por parte de las lombrices rojas californianas, que se alimentan de ellos y los convierten en un abono orgánico llamado humus. Para hacer humus de lombriz necesitas una lombricompostera o un recipiente con agujeros donde colocar una capa de tierra o sustrato, una capa de residuos orgánicos y una capa de lombrices.
Las lombrices irán consumiendo los residuos y produciendo el humus, que podrás recoger cada cierto tiempo. También podrás aprovechar el líquido que se genera en el proceso, llamado lixiviado o té de humus, que es un excelente fertilizante líquido.
Fertilizantes caseros con restos de cocina: Además del compost y el humus de lombriz, existen otros fertilizantes naturales que puedes hacer con restos de cocina que normalmente tirarías a la basura. Por ejemplo:
- Cáscaras de plátano: son ricas en potasio, un nutriente esencial para el crecimiento y la floración de las plantas. Puedes usarlas enteras o troceadas, enterrándolas cerca de las raíces de las plantas o dejándolas secar al sol y triturándolas para hacer un polvo que puedes esparcir sobre el suelo.
- Cáscaras de huevo: son ricas en calcio, un nutriente que fortalece las paredes celulares de las plantas y previene enfermedades como la podredumbre apical. Puedes usarlas enteras o trituradas, mezclándolas con el suelo o el compost o disolviéndolas en agua para hacer un fertilizante líquido.
- Posos de café: son ricos en nitrógeno, un nutriente que estimula el crecimiento vegetativo de las plantas y mejora el color de las hojas. Puedes usarlos directamente sobre el suelo o el compost o mezclarlos con agua para hacer un fertilizante líquido. Eso sí, ten en cuenta que los posos de café son ácidos, por lo que solo debes usarlos con plantas que toleren el pH bajo, como las azaleas, los rododendros o las hortensias.
Como ves, hacer tu propio fertilizante natural en casa es una forma fácil y ecológica de nutrir tus plantas y cuidar tu jardín. Solo necesitas algunos ingredientes caseros, un poco de paciencia y mucha creatividad. ¡Anímate a probarlo y verás los resultados!