Mientras Benjamín Vicuña se prepara para presentar "Blanca, la niñ* que quería volar", la próxima semana en la Feria del Libro de Buenos Aires, está llevando a cabo la gira promocional por distintos medios, en donde cuenta de qué manera pudo sobrevivir al dolor, luego de que su hija mayor se vistiera de ángel.
Blanquita tenía 6 años cuando un virus terminó con su vida, produciendo un verdadero cimbronazo en toda la familia, más aún en su mamá Pampita y en su papá Benjamín Vicuña, quienes vieron derrumbarse su mundo y tuvieron que encontrar una nueva manera de seguir con sus existencias y cargar con la pesada mochila del dolor y la tristeza.
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Aunque pasaron más de 10 años desde su partida, recién ahora el actor está pudiendo expresar en palabras todo lo que les sucedió en aquel momento y de qué modo logró renacer de sus cenizas para plantarse frente a la vida y seguir dando batalla, sobre todo, porque tenía otros hijos por los que debía continuar.
En una charla con "Intrusos", el intérprete contó que no fue fácil sobrellevar el duelo, y que sus amigos fueron muy importantes en todo ese proceso. "Me ayudó la amistad", enfatizó.
A la vez, explicó que en un largo tiempo se planteó la necesidad de escribir este libro, pero el impulso se lo dio otra pérdida dolorosa. "El fallecimiento de mi padre me empujó a escribir este libro, que espero que sea un faro para otras personas que están sufriendo el mismo dolor", comentó.
En la charla, también contó cómo sobrellevó toda esa situación la madre de sus hijos mayores, Bautista, Beltrán y Benicio, pues ellos eran una razón demasiado importante para seguir adelante. "Ella tuvo otra manera de encarar el dolor, absolutamente respetable", expresó.
Asimismo, enfatizó que "ella acompañó y respetó mi proceso". Por lo cual, "estoy muy agradecido de ese nivel de cariño y respeto". En el mismo sentido, dijo que el libro contiene "una carta de Carolina", donde seguramente expresa algunos de sus sent*mientos y comparte el dolor infinito que significó la partida de su niñ* amada.
Mientras Benjamín Vicuña aprendió a "transformar el dolor" como parte del "ciclo de la vida", destacó que "en mis hijos veo y escucho la risa de Blanca".