Si hay algo en lo que todas las autoridades del mundo sanitario están de acuerdo es que es necesario que se reduzca la ingesta de carne. Los motivos son dos específicamente. Por un lado, algunos especialistas en el tema sostienen que cuidaríamos mejor al planeta, puesto que su animal de origen libera gases (metano) que son nocivos para el ambiente. En segundo lugar, existe un debate en que si se reduce, estaríamos protegiendo nuestra propia salud, mejorando la digestión.
Además, su reducción implicaría reemplazarla con otros derivados, que desde las autoridades de salud sostienen que deberían ser alimentos ricos en fibras y nutrientes. No obstante, no es tarea sencilla si acostumbramos a comer carne todos los días, por eso es que se aconseja comenzar de a poco como, por ejemplo, dejar de hacerlo una vez a la semana.
Para todo ello, se precisa sentarse y organizar un plan de comidas que se pueda imponer un equilibrio con respecto a ellas. Es decir, que cada plato implique una ración adecuado de vegetales, proteínas, carbohidratos, etc. Vale destacar que, cuando se habla de las segundas, no necesariamente deben ser carne.
Con respecto a esto último, haré mención de algunas opciones que puedes elegir sin la necesidad de ingerir ese tipo de proteína que se busca eliminar por al menos una vez en la semana. Entre ellas: legumbres y pseudocereales. En simples palabras, la ración deberá contener soja y cualquiera de sus derivados, las lentejas, garbanzos, guisantes, y sino la quinoa, minerales, fibras, entre otros.
El huevo y los lácteos también poseen sus beneficios alimentarios, son muy nutritivos y aportan demasiados prótidos complementariamente. Además, en el caso del primero, es fuente de vitaminas D y B y, en caso de los segundos, se recomiendan que no sean demasiado fermentados para una mejor digestión.
Los frutos secos y las semillas no son solo ingredientes que están de moda en las fotos de las redes sociales. Son productos que de verdad aportan demasiados minerales y grasas saludables, como así también son alimentos proteicos, de allí que quienes entrena a diario los consuman. Pero conviene no excederse puesto que son demasiados calóricos.
Como se puede observar, existe múltiples platos ejemplares dentro de los cuales se ingieren proteínas sin comer carne. No necesariamente debes dejar de hacerlo para siempre, pero reducir ya implica grandes significados para el planeta y la propia salud, ayudando a descansar y recomponerse el sistema renal y digestivo.
Otra dato que es menester destacar es que, cuando llegue el día de comer carne, lo hagas con respecto a cortes más bien magros. El tamaño basta con que sea el de la palma de tu mano, o un cuarto del plato. Puesto que lo que recomiendan los nutricionistas es que la mitad del mismo este lleno de vegetales, y la otra parte la puedes dividir en dos, por un lado proteínas y por el otro carbohidratos por ejemplo.